Altamira endulza a México: cómo una familia convirtió la miel en motor de cambio

By Published On: noviembre 3, 2025

En el noreste de México, Altamira se ha convertido en un referente inesperado de la apicultura artesanal. Lo que comenzó como la curiosidad de un adolescente por las abejas, hoy es el sustento de toda una familia y un ejemplo de emprendimiento sostenible.

Hace 12 años, “empezamos en la apicultura porque queríamos generar nuevos recursos para la familia, algo que nos gusta”, cuenta Porfirio Manuel Martínez Gámez, quien con solo 14 años construyó sus primeras cajas para atraer abejas reinas. Su pasión por la naturaleza lo llevó a fundar MG Miel, un negocio que produce miel en penca, con chamoy, propóleo, eucalipto y otros ingredientes medicinales.

La familia Martínez Gámez trabaja en equipo desde el ejido Benito Juárez, donde cada integrante tiene una función específica: desde el cuidado de los apiarios hasta la elaboración de jabones y velas decorativas. Comenzaron con tres colmenas y hoy cosechan hasta 200 litros de miel por temporada, vendiendo directamente a automovilistas en la carretera Tampico–Mante.

La producción es completamente artesanal. Las abejas depositan néctar en cajas diseñadas por la familia, que luego extraen la miel con cuidado, la filtran y la mezclan con ingredientes naturales. Todo el proceso se realiza con higiene estricta, garantizando un producto de calidad.

Además de los desafíos naturales como sapos e insecticidas, enfrentan el reto de proteger sus colmenas del clima. Para ello, elevan las cajas y las cubren con lonas. También colocan trampas en el techo de su casa para atraer nuevos enjambres, aprovechando el ciclo natural de las abejas.

Tamaulipas cuenta con más de 200 especies melíferas y produce miel de alta calidad, como la de azahar, mezquite y multifloral. Aunque la apicultura enfrenta amenazas como el cambio climático y el uso de plaguicidas, también ofrece oportunidades en mercados internacionales que valoran la miel orgánica y los servicios de polinización.

La historia de MG Miel demuestra que con pasión, conocimiento y trabajo en equipo, es posible transformar una idea en un proyecto que beneficia a la comunidad y al medio ambiente.

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