Rodrigo Paz, senador del Partido Demócrata Cristiano (PDC), ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Bolivia con el 54.6% de los votos, superando al exmandatario Jorge “Tuto” Quiroga, quien obtuvo el 45.4%.

A sus 58 años, Paz se convierte en el primer presidente de centroderecha en asumir el poder desde 2006. Su campaña se centró en una propuesta de cambio sin rupturas, apostando por una transición moderada que combine reformas con estabilidad. Aunque su triunfo fue claro, el nuevo presidente enfrentará el reto de gobernar sin mayoría legislativa, lo que lo obligará a negociar con otras fuerzas políticas para avanzar en su agenda.

Rodrigo Paz es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, lo que lo vincula a una tradición política, pero ha buscado marcar su propio camino. Su discurso ha estado enfocado en la reconciliación nacional, el fortalecimiento institucional y la recuperación económica, temas que resonaron especialmente entre los votantes jóvenes y urbanos.

“Bolivia está en buenas manos” — Alejandro Moreno, observador electoral y presidente del PRI.

La elección de Paz refleja el deseo de muchos bolivianos de superar la polarización política y abrir una nueva etapa de diálogo y reconstrucción. Su toma de posesión está prevista para el 8 de noviembre, y desde ya, los ojos de América Latina están puestos en cómo enfrentará los desafíos de un país que busca estabilidad y renovación.