¿Quién frena el botón de reinicio en Washington?
Mientras el gobierno de Estados Unidos sigue parcialmente cerrado, la tensión política se intensifica. El presidente Donald Trump, conocido por su estilo directo, no parece dispuesto a ceder terreno. Aunque se autodenomina “el mayor negociador del mundo”, su papel en este conflicto ha sido más pasivo que resolutivo.
Los demócratas, por su parte, buscan movilizar a sus votantes, mientras los republicanos se mantienen firmes en sus posiciones. El resultado: un estancamiento que impide avanzar hacia una solución.
Este cierre gubernamental, el segundo más largo en la historia reciente, ocurre justo antes de que Trump viaje a Asia para asistir a varias cumbres. A diferencia de Barack Obama, quien canceló una gira similar en 2013 por un cierre parecido, Trump no ha dado señales de modificar su agenda internacional.
Lo preocupante es que los efectos del cierre ya se sienten: desde servicios suspendidos hasta impactos económicos que crecen día a día. “Los demócratas se dirigen a sus votantes, desesperados por que alguien dé la batalla. Los republicanos rara vez apelan más allá de su base. Y el presidente Donald Trump, supuestamente el mayor negociador del mundo, está desconectado”.
Este escenario plantea una pregunta clave para los jóvenes ciudadanos: ¿cómo se resuelve un conflicto cuando nadie quiere ceder? Y más aún, ¿quién paga el precio de esa inacción?

