México enfrenta un reto estratégico: dejar de depender del extranjero para obtener semiconductores, los pequeños componentes que hacen funcionar desde celulares hasta autos eléctricos. Según expertos y autoridades, producirlos en el país no solo es una oportunidad económica, sino una necesidad de seguridad nacional.

Durante un foro reciente, especialistas en tecnología y defensa coincidieron en que “la fabricación de semiconductores debe considerarse un asunto de seguridad nacional”. Esta afirmación refleja la creciente preocupación por la vulnerabilidad que implica depender de otros países, especialmente en un contexto global marcado por tensiones comerciales y tecnológicas.

Actualmente, México participa en la cadena global de producción, pero su papel se limita en gran medida al ensamblaje. La meta es avanzar hacia el diseño y la fabricación de chips propios. Esto permitiría al país tener mayor control sobre tecnologías clave y fortalecer su soberanía tecnológica.

Además, se destacó que el desarrollo de esta industria requiere inversión en talento, infraestructura y colaboración entre gobierno, universidades y empresas. “No se trata solo de atraer fábricas, sino de construir capacidades nacionales que nos permitan innovar”, señalaron los ponentes.

El mensaje es claro: si México quiere asegurar su futuro digital y económico, debe apostar por los semiconductores como una prioridad estratégica.