El gobierno de Claudia Sheinbaum respondió con firmeza a la decisión del presidente interino de Perú, Alberto Jerí, de romper relaciones diplomáticas con México. La medida fue tomada luego de que nuestro país otorgara asilo a la ex primera ministra peruana Betssy Chávez Chino, quien se encuentra refugiada en la embajada mexicana en Lima.

“La medida unilateral del gobierno interino peruano es excesiva y desproporcionada”, señaló la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), subrayando que el asilo concedido es un acto legítimo conforme al derecho internacional. México considera que esta acción no representa una intervención en los asuntos internos de Perú.

La cancillería mexicana reafirmó su compromiso con los principios de protección humanitaria y recordó que el asilo diplomático ha sido una herramienta histórica para salvaguardar la integridad de personas perseguidas por motivos políticos. “Brindar asilo representa un acto legítimo de México y apegado a derecho internacional, el cual en modo alguno constituye una intervención en los asuntos internos de otro país”, reiteró la SRE.

El conflicto diplomático surge en un contexto de alta tensión política en Perú, donde Chávez enfrenta acusaciones por su rol durante el intento de disolución del Congreso por parte del expresidente Pedro Castillo. México ha evitado emitir juicios sobre el proceso judicial peruano, enfocándose en garantizar la seguridad de la ex funcionaria.

A pesar de la ruptura anunciada por Lima, México mantiene abiertas las vías diplomáticas y llama al diálogo. La postura mexicana busca evitar una escalada y preservar los vínculos históricos entre ambas naciones.